jueves, 29 de abril de 2010

Decir, querer decir y decir sin querer

Bien explica la noción de implicatura la profesora e investigadora de literatura y lenguaje, Graciela Reyes (o Chelita como la llaman algunos), cuando dice que: “lo que queremos decir es, en parte, lo que decimos y en parte, a veces decisiva, lo que no decimos pero está implicado en lo que decimos”, dicha noción aparentemente compleja nos presenta una combinación del sentido literal y el contexto.

Para que pueda inferirse algo en lo que decimos se necesita del uso del lenguaje que a su vez depende de un pacto previo de colaboración entre los hablantes. Para referirse a este pacto de colaboración la profesora Reyes alude al famoso “principio de cooperación” del filósofo británico Paul Grice, principio que nos permite generar interpretaciones de las palabras, dar un sentido a lo que no está explícito.

Al decir algo debemos tener en cuenta qué es en realidad lo que se quiere decir, lo que implica o se sugiere a través de las palabras dichas literalmente, por eso Grice habla de implicaturas convencionales y conversacionales, su interés está dirigido hacia las últimas, ya que de las implicaturas convencionales se puede encargar la gramática. Por eso adquiere mucha importancia la conversación, ya que se necesita del esfuerzo de los hablantes para cooperar entre sí y lograr su objetivo. Es que no dimensionamos lo fundamental que es la cooperación en una conversación, ya que por más irrelevante que sea toda conversación tiene un propósito y no se puede cumplir si el hablante y el oyente no están conectados, si no colaboran se generan malentendidos.

Siguiendo a Grice existen unas máximas o reglas que nos permiten socialmente saber si estamos cooperando o no, éstas son cuatro: de cantidad, cualidad, de relación y de manera. La máxima o regla de cantidad se refiere a la información que debe darse y se trata de que ésta sea la necesaria, que no sea ni más ni menos. La violación a esta máxima la podemos ver claramente en una relación de pareja cuando la mujer le pregunta al hombre con quién estaba, él le dice: "no, con unos amigos, pues y unas peladas, que solo son amigas, estaba Juanita, tú sabes que es muy amiga mía, que toda la vida hemos sido compañeros, tú la conoces, pues sí, eran solo unas amigas que salieron un rato con nosotros..." y así sigue en la conversación dando una información que no se le ha pedido, excediéndose en lo que dice y empeorando la situación, dejando ver que "hay gato encerrado", es decir, hay algo que está escondiendo, seguro pasó algo con alguna de estas niñas y está nervioso tratando de justificar que sólo eran unas amigas, por ahí dicen también que "cuando el río suena es porque piedras lleva", a buen entendedor pocas palabras.

Por su parte la máxima de cualidad se refiere a la veracidad de lo dicho, es decir, que la contribución sea verdadera, no se debe decir algo que se crea falso ni algo de lo que no se tengan pruebas suficientes. Para ejemplificar una violación [1] a esta máxima encontramos figuras literarias como la metáfora, por ejemplo "eres la luz de mi existir", o una frase irónica "es que Maria es solo una amiga", ambas son falsas en el sentido, es decir, en la metáfora es imposible que alguien sea la luz del existir del otro (eso es una utopía, no existe), en el caso de la ironía genera implicatura precisamente porque es una mentira, María es más que una amiga, quizás mucho más pero se utiliza esta figura para ocultarlo. También podemos ejemplificar el no cumplimiento de esta máxima cuando alguien dice: "probablemente esté engañando a su esposa", eso es algo de lo que no se tienen pruebas suficientes, por lo cual se viola esta máxima.

En cuanto a la máxima de relación encontramos la relevancia de lo que se dice, que las intervenciones estén relacionadas con lo que se está hablando, que sea pertinente, adecuado y oportuno para la conversación. Por ejemplo si Juan dice: "Maria, es que tu me gustas mucho", a lo cual Maria responde evadiendo el comentario: "ha llovido mucho estos días", vemos que la intervención de María no está relacionada con lo que Juan le está diciendo, por eso hay una violación a la máxima de relevancia y por lo tanto una implicatura, está evadiendo o no sabe qué responder a lo que Juan le acaba de decir o no siente lo mismo por él.

Por último, en la máxima de manera encontramos que el modo de decir las cosas debe ser suficientemente claro, conciso, breve y ordenado, evitando la oscuridad de la expresión y la ambigüedad. Por ejemplo si yo digo: "estoy caliente" estoy incumpliendo esta máxima, ya que la expresión es ambigua y puede generar malentendidos, por un lado me puedo estar refiriendo a que tengo fiebre y por lo tanto mi cuerpo está caliente; por otro lado puede ser una insinuación sexual, una incitación a hacer el amor. Es común que dicha expresión se utilize adrede para generar un doble sentido, por eso la implicatura.

Cuando entonces se viola alguna máxima de las anteriores se genera automáticamente una implicatura, sin embargo las implicaturas son cancelables y pueden eliminarse del contexto por ejemplo disipándolas. Gracias a dicho principio de cooperación podemos decir que hay una comunicación intencional según la cual interpretamos los sentidos de forma eficiente, por lo que gran parte de los sentidos posibles que tengan las diferentes expresiones son implicaturas.

Es así como la noción de implicatura representa una buena salida, ya que podemos decir que las expresiones en el lenguaje natural o literalmente pueden tener significados simples, unitarios y estables, pero que al mirarlos en contexto pueden tener otros significados, sentidos o matices.
El juego lingüístico nos permite explorar sus límites con el juego de palabras, por ejemplo las figuras literarias que constituyen burlas como la ironía, metáfora, sarcasmo, hipérbole y demás recursos o expresiones figuradas hechas por el hablante tienen toda la intención de provocar una implicatura, hacen parte de una violación a las normas de cooperación lingüística. Es muy fácil encontrar implicaturas también en expresiones como “luego”, “pero”, “por tanto”o “además”, las cuales permiten al hablante sugerir e insinuar informaciones que no están dichas explícitamente, por ejemplo cuando decimos: "Jhon es hombre, por tanto es perro", esta es una frase muy usada por las féminas que creen que todo hombre es perro, es mujeriego, eso es lo que se encuentra implícito en esta frase.

Sin embargo, de la mano de Grice y Pratt debemos hacer una excepción cuando se trata del habla literaria, ya que a los autores de obras literarias les está permitido la violación de las máximas por burla que mencionábamos anteriormente con las expresiones figuradas, lo que pasa es que al escribir literatura el autor presupone las reglas y quiere que se note, por eso para que se pueda mantener el principio de cooperación el lector debe cooperar con el autor y sobreentender que digan lo que digan los personajes, el autor observa este principio y recurre a todas las implicaturas posibles para que su acto de habla literario se pueda cumplir de una manera satisfactoria.

[1] Aquí y en la mayoría de los ejemplos de este texto nos referimos a la quebrantación de las máximas como violación abierta o explotación de las máximas, en cuanto a que son hechas con toda la intención de generar una implicatura y de que el otro la capte. Es importante aclarar que dicha violación no es algo negativo, es deseado, es una estrategia para potenciar el sentido y lograr que lo implícito en lo que se dice sea entendido.


Reyes, Graciela. (1990) “Acuerdos y Transgresiones”. En: La pragmática Lingüística. El estudio del uso del lenguaje. Pp. 62- 77.



Juanito Alimaña

El siguiente es un video de Robinson Posada, conocido como "El parcero del popular número 8", en una presentación. La parte que nos interesa para analizar una de las implicaturas que hay en su intervención, es del segundo 52 hasta el 1:01.

http://www.youtube.com/user/elville2864740#p/a/71A9E23018249E76/0/PBM2kqHKnW8

Cuando está cantando la canción de Hector Lavoe "Juanito Alimaña", le agrega una información que está en paréntesis a continuación y dice así : "Sale como el viento, en su disparada y aunque ya lo vieron (como en las esquinas de Medallo) nadie dice nada". Lo anterior nos lleva a decir que allí hay una implicatura conversacional, ya que para entenderla y poder cooperar con el hablante que es el "parcero" hay que conocer el contexto.

La implicatura se presenta por una violación a la máxima de cualidad, ya que está siendo irónico cuando dice "nadie dice nada", es imposible o falso que nadie diga nada pero él utiliza esta violación abierta con toda la intención para implicar allí que en la ciudad de Medellín la gente "se hace la de la rayban", es decir, la gente hace como si no hubiera pasado nada, como si no hubiera visto nada, a pesar de que acaban de ver matar una persona, prefieren no contar nada ya sea por su seguridad o por pura indiferencia frente a la violencia de la ciudad.


Implicatura conversacional y convencional

En esta valla podemos ejemplificar los dos tipos de implicaturas. Por un lado es clara la implicatura conversacional, ya que se genera del contexto, el hecho de decir "ponte en su lugar" y mostrar esa imagen, tiene implícita cierta información que es practicamente "no mates a los toros, es como si estuvieras matando hombres, no hagas a los otros lo que no quisieras que te hicieran a tí", esta información tiene implícita una protesta antitaurina y quiere hacer un llamado de atención y una reflexión al respecto. Es claramente una violación abierta o explotación de la máxima, ya que se tiene toda la intención de generar la implicatura a través de la violación de las máximas y se tiene la intención de que el otro la coja.

Por otro lado también puede ser convencional (recordemos que convencional significa que surge del uso del lenguaje, es decir, que depende del uso de la palabra) porque si no se conoce el contexto, de todos modos se puede identificar una implicatura en el verbo imperativo "ponte"que está haciendo un llamado de atención y al usar esa expresión literal se sabe que si le dicen a uno que se ponga en el lugar del otro es para que uno tenga conciencia de sus actos y no haga al otro lo que no quisiera que le hicierana uno. Sin embargo, se entiende el llamado de atención pero para ligarlo con los toros sí se necesita del contexto, por eso no puede ser sólo convencional.

2 comentarios:

  1. 1. Ojo: Dirigido no DIRIJIDO
    2. Explicar violación abierta o explotación de las máximas no como algo negativo o no deseado, sino como una estrategia para potenciar el sentido. Por ejemplo cuando dices que la metáfora o la ironía son falsas, la expresión "falsas" puede generar una interpretación errónea o tergiversada.
    3. No abuses del relativo "donde".
    4. Más pertinente hablar de sentido que de significado.
    5. Suprime la alusión a los lenguajes "no serios".
    6. La redacción ha mejorado. Este artículo, a diferencia del primero, aparece más claro y precisocon respecto a la exposición de las ideas.

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  2. 1. Quebrantamiento no quebrantación.
    2. El ejemplo 2 corresponde a conversacional.

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