viernes, 26 de marzo de 2010

El mundo del lenguaje, interpretaciones, sus sentidos y malentendidos

La necesidad de la Pragmática

Existen tres problemas teóricos básicos por los cuales es necesario el uso de la pragmática.
Primero nos encontramos frente al significado no convencional que lo que nos dice es que las palabras pueden tener un valor diferente al que les asigna el sistema, es decir, pueden presentarse usos no convencionales de algunas palabras, lo que decimos y lo que queremos decir no coinciden en algunos casos, hay una separación entre lo que se dice como significado literal y lo que se quiere decir que es la intención comunicativa. Todo depende del contexto, de los interlocutores, de las circunstancias, de la intención comunicativa. Por ejemplo si yo digo esta pintura deja mucho que desear, literalmente estoy diciendo por esta expresión que no ha cumplido su cometido, que estoy insatisfecha por la pintura, que no me agradó o no me pareció suficientemente lograda, este es el significado literal de la expresión; sin embargo lo que quería decir era que la pintura me hacía desear o imaginar muchas cosas en un sentido positivo y lo que dije fue todo lo contrario.

Miremos rápidamente el siguiente juego de palabras: qué es un beso? es cuando un sujeto sujeta a una sujeta por su jeta. En este enunciado hay claramente un juego con las palabras, significados no convencionales de éstas en donde pierden un poco el significado literal para lograr una intención comunicativa, el que se entienda depende mucho del conocimiento previo de los interlocutores y de cuan contextualizados estén para poder comprender lo que se quiere decir, a saber, que un beso es cuando alguien toma o retiene a alguien por su boca o por sus labios; para poder comprender esto debimos saber por lo menos que para hacer referencia a alguien podemos utilizar la palabra sujeto o sujeta de un modo no convencional y digo no convencional porque convencionalmente sujeto significa sometido o subordinado y sujeta significa retener o inmovilizar.

El segundo problema que crea necesidad de la pragmática es la sintaxis y el contexto, cómo así? El orden de las palabras intercambiados en contextos diferentes tienen significados diferentes y se cambia el centro de atención dentro de la frase, por ejemplo miremos las tres frases siguientes:
1. El reinado se toma a Colombia
2. A Colombia se la toma el reinado
3. El reinado a Colombia se la toma

La primera frase es un titular de prensa en donde el verdadero sentido es que el reinado como fenómeno de cobertura nacional comenzará, por eso en esta primera frase prima la palabra reinado y la información que se aporta es que se toma a Colombia, en esta información se hace un énfasis en el verbo “tomar” y se deja en un segundo plano Colombia. En cuanto a la segunda frase primaría Colombia y no el reinado, entonces se puede perder un poco el sentido si se titula así, se da como información nueva que se la va a tomar el reinado, es decir, se pone al reinado en un segundo plano y pierde importancia a diferencia del primer titular donde jugaba el papel de un hecho establecido. En la tercera frase vemos que prima de nuevo la palabra reinado pero en la información que se da de éste pierde importancia el hecho de que se va a tomar a Colombia, en la información nueva que se da del reinado se hace más relevante o se hace más énfasis en Colombia. Es pertinente aclarar aquí que también juega un papel el significado de la palabra tomar y esto junto con el sentido de cada frase lo podemos comprender a través de la pragmática, de aquí que se haga necesaria.

Por último hay problema con un tipo de hechos, donde encontramos la referencia y deixis. Se necesita la pragmática para poder identificar referentes, a qué objetos, hechos o situaciones se refiere; pues no solo basta con entender el significado de las palabras para poder comprender la frase.

Tomemos como ejemplo el cuento más corto del mundo llamado “El dinosaurio” del narrador y ensayista guatemalteco Augusto Monterroso: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Podemos decir que conocemos todas las palabras que aparecen en este cuento y podemos caracterizar su significado, aún así, nos falta información para dotarlo de contenido, necesitamos entender su contexto o situación para saber a qué se refiere el cuento, ¿sabemos quién o qué se despertó? ¿Cuándo se despertó? ¿Dónde está el dinosaurio? ¿“Allí”? ¿No “allá”? ¿Dónde está “allí”? Además no podemos dar por sentado que dinosaurio hace alusión al grupo extinto de reptiles jurásicos, ya que puede aludir a alguien o a alguna organización que sigue viviendo cuando ya no se le necesita; a una persona vieja, seca y aburrida o a cualquier persona que queramos representar con este adjetivo jurásico. Puede que al decir dinosaurio se esté refiriendo a la abuelita, así como puede ser Mick Jagger de los Rolling Stones, ya que Inclusive hay quien llega a calificar a grupos de rock como los dinosaurios del rock.

En resumen, dado que la figura a utilizar es un dinosaurio (especie extinta hace millones de años) dentro de un escenario donde alguien (animal o ser humano) reflexiona, nos abre la posibilidad de contextualizar en el mismo lugar y tiempo dos épocas anacrónicas (era jurásica o el homo sapiens). O lo que también puede significar que el cuento es una invitación a la imaginación o fantasía donde toma lugar una fábula. En cualquiera de los dos casos hablamos de un hecho ficticio. Ahora bien, si el cuento expresa una situación de esta era, entenderíamos por el sustantivo “dinosaurio” como una forma de referirse a alguien de este tiempo jugando con el significado y significante de otra era, es decir, calificándolo de viejo, descontextualizado, reptilezco, etc.

En este ejemplo vimos no solo referentes sino deícticos como adverbios de lugar y tiempo (allí y todavía) y así nos encontramos con que es importante para poder interpretar un enunciado, conocer los factores extralingüísticos que hacen parte del acto comunicativo, como conocer la identidad de los interlocutores, las circunstancias de lugar y tiempo, y demás información que sólo la pragmática podrá ayudar a lograr.

Con estos ejemplos se ve claramente la necesidad de la pragmática para poder entender los diferentes actos comunicativos, para poder dar una visión más precisa de la realidad lingüística y simplificar la descripción del nivel estructural. Sin embargo cabe mencionar que la gramática no se debe dejar de lado, la pragmática no sustituye la gramática, simplemente se complementan.

Escandell, M. Victoria. Introducción a la pragmática. Cap.1, “¿Qué es la pragmática?”. Barcelona, Ed Ariel, S.A. pp. 13-24.

Componentes físicos y relacionales de la situación comunicativa

Tomemos como ejemplo una situación de posible cortejo que constituye una interacción comunicativa real para exponer los componentes físicos y relacionales de la situación comunicativa.

Se encuentran sentados en el filo de un andén Teresa y Felipe. Ambos se sienten atraídos el uno por el otro, sin embargo ninguno ha sido capaz de revelar este sentimiento. Luego de haber compartido 1 hora y 23 minutos según las cuentas de Teresa y haber agotado “todos los temas posibles” para aquella tarde, Teresa se percata de que Felipe no va a tener la iniciativa de un primer acercamiento, sin embargo no duda de que él lo quisiera. Entonces decide tornarse un poco más atrevida y tomar la iniciativa con una sutil insinuación:

-Felipe, ¿no sientes que está haciendo frío? ¡Yo ya tengo las manos congeladas, mira!-

Dulcemente Teresa acerca sus manos al rostro de Felipe y lo toma por sus mejillas, con la esperanza de alivianar un poco la tensión del momento, sin embargo se decepciona un poco al sentir que la reacción de Felipe es más próxima a la incomodidad que a la confianza. Felipe, quien efectivamente se resistió a comprender este acto como una invitación de acercamiento, contestó con una voz entrecortada por los nervios que le produjo dicho contacto:

- Es cierto Tere, yo también pienso que está tarde y la temperatura baja, ponte mi chaqueta-

Luego de esta respuesta, que para Teresa es más una negativa a su insinuación que un acto mismo de cordialidad, Felipe se pone de pie y le entrega la prenda. Éste continua de pie dando a entender que la visita está por terminar. Teresa se ve obligada a pararse también y caminar a su lado hacia la estación de metro, donde cada uno tomará un rumbo diferente. Esta es la hora en que Teresa aún no sabe si fue ella la responsable de tan abrupto cierre cuando lo que pretendía era exactamente lo opuesto: forzar el encuentro.

Componentes físicos de la situación comunicativa

Emisor: Teresa

Destinatario: Felipe

Enunciado:
Teresa: Felipe, ¿no sientes que está haciendo frío? ¡Yo ya tengo las manos congeladas, mira!
Felipe: Es cierto Tere, yo también pienso que está tarde y la temperatura baja, ponte mi chaqueta.
Entorno: Teresa y Felipe se encuentran hablando en el borde de una acera a pocos pasos del metro.

Componentes relacionales de la situación comunicativa

Intención: Teresa pretendía que Felipe tomara el valor suficiente para acercarse y responder a su iniciativa.

Relación: dos personas que se sienten atraídas la una por la otra en una posible situación de cortejo.

Información pragmática: los dos se ven atraídos el uno por el otro, pero después de un tiempo de compartir juntos, Teresa se percata de que Felipe no va a tener la iniciativa de un primer acercamiento y toma la iniciativa con su sutil insinuación que para ella esto haría que él se acercara, quizás la abrazara o la besara o generara cualquier tipo de acercamiento. Él por lo visto no comparte dicha información pragmática, o no la comprende o no la quiere aceptar por timidez, y reacciona de la forma en que lo hizo (poniéndose de pie y entregándole su chaqueta) dando así por terminada la visita y dañando cualquier posibilidad de acercamiento en aquella tarde. Ambos comparten la información pragmática que transmitió la reacción de Felipe y caminan al metro para despedirse. Teresa aún se cuestiona si fue ella la responsable del curso del encuentro de esa tarde y teme haber sido malinterpretada por Felipe.

Parece que en este caso no codificaron.

Actos lingüísticos básicos según Echeverría

Para Echeverría existen dos actos lingüísticos básicos[1], las afirmaciones y las declaraciones.
Las afirmaciones muestran otra forma de declarar el mundo, un mundo ya existente, un mundo de los hechos. Se relacionan con las descripciones, descripciones que muestran las cosas como las observamos y no como realmente son, ya que la forma como las observamos son los pactos que hemos hecho entre todos para creer que son así. Estas observaciones se llevan a cabo según las distinciones que poseamos, es decir, si no existe una distinción de las cosas no hay descripción y por lo tanto no hay afirmaciones, así mismo si no distinguimos por ejemplo una casa no podemos observarla, necesitamos ese conocimiento compartido o pacto que hemos hecho para decir que es una casa y así poder observarla y describirla como casa, aunque no podemos decir que realmente lo es, solo que así la observamos. Por lo tanto una afirmación sólo tiene sentido para las personas que comparten el mismo conjunto de distinciones y así describimos como observamos con los otros.

Existen, según Echeverría, afirmaciones falsas y verdaderas. Las afirmaciones verdaderas son aquellas proposiciones para las cuales se puede proporcionar un testigo (dentro del mismo espacio donde se comparten las mismas distinciones), es decir, una persona que pueda coincidir con nuestras observaciones; por ejemplo si yo digo: “ayer llovió toda la noche”, es una afirmación verdadera siempre y cuando yo pueda demostrar que alguien compartió esa observación, puede ser mi madre que estaba conmigo por la noche, que es una persona con la que comparto las mismas distinciones y que comparte mi afirmación porque ambas lo observamos en la noche. Si por el contario mi madre refuta mi afirmación, no la comparte diciendo que no llovió ayer por la noche, esto no dejaría de ser una afirmación, solo que al ser refutada es una afirmación falsa y ésta se puede dar porque estamos frente a una proposición sujeta a confirmación. De lo contrario, si la afirmación no se puede confirmar porque no existen las condiciones necesarias para hacerlo, no se podrá decir si es falsa o verdadera, esto sucede con las afirmaciones a futuro, ya que para poder comprobarlas tenemos que esperar a que pase, si yo digo “el mundo se va a acabar mañana” debo esperar a que sea mañana para poder comprobarlo, de lo contrario sigue siendo una afirmación, ni falsa ni verdadera, sólo una afirmación. Algo similar ocurre cuando se hacen afirmaciones del pasado y no se puede encontrar a nadie que haya estado presente y pueda corroborarlo y tampoco existen registros que tengan observaciones de testigos; por lo tanto si yo digo que el 31 de Diciembre de 1913 hizo un día soleado y no tengo como corroborarlo, constituye simplemente una afirmación.

Es menester recordar que cuando afirmamos algo adquirimos una responsabilidad social por haberlo hecho, nos comprometemos con la veracidad de lo que dijimos, con la posibilidad de corroborarlo.

Por el otro lado están las declaraciones como otro tipo de acto lingüístico, mediante el cual se crea un nuevo mundo para nosotros, cambia la realidad a causa de la palabra dicha. Entre las declaraciones podemos encontrar momentos históricos de la historia que cambiaron el mundo, pero no solo eso, también podemos encontrar declaraciones simples que generen una nueva realidad, por ejemplo decirle a tu pareja “te amo” cambia la realidad amorosa, las cosas dejan de ser como eran y se vuelven quizás más serias, o por el contario si te dicen “esto se acabó, ya no quiero estar más contigo”, esto hace que tu mundo sea diferente después de la declaración. Un regaño de tus padres, un “te odio” de un amigo, tantas cosas que generan una nueva realidad y que no necesitan pactos compartidos de observaciones a diferencia de las afirmaciones. Lo que sí necesita es la capacidad de hacer cumplir la declaración, el poder de hacerlo a través ya sea de la fuerza o de la autoridad. Por ejemplo un sacerdote dice “te bautizo Juan Manuel”, en este caso está autorizado para bautizar, por lo tanto el mundo cambia después de esa declaración. Las declaraciones, según Echavarría también se dividen en dos, válidas e inválidas. Es válida si quien la hace tiene el poder (por fuerza o por autoridad) para hacerlo y es inválida cuando no lo tiene; por ejemplo cuando el profesor le dice a un alumno “te anulo el examen”, es válido porque como profesor tiene el poder, por su autoridad, para hacerlo, pero si por el contrario esto mismo lo dice un compañero de clase sería inválido y no cambiaría el mundo, ya que el compañero de clase no tiene el poder para hacerlo.

Al declarar algo se adquiere un compromiso, ya no de veracidad sino de comportarse de acuerdo con la realidad que se ha declarado, o por lo menos si no se igual se generan unas consecuencias por esto. Igualmente se adquiere un compromiso con la validez de la declaración, que al declarar algo se pueda sostener el tener la autoridad para hacerlo, cumpliendo a su vez con los requisitos o normas sociales establecidas. Es importante aquí mencionar que la autoridad no siempre tiene que ser otorgada socialmente, ya que existe una autoridad asociada al individuo, sólo por el hecho de serlo tiene el poder para declarar en su vida personal para asentar su dignidad como persona, por ejemplo la autoridad para decir “no” ante ciertas circunstancias, asentando así su autonomía, legitimidad y dignidad como persona.
[1] Recordemos que actos lingüísticos para Echeverría representan una elaboración efectuada a partir de la propuesta de los actos de habla de Searl (número restringido y específico de acciones que ejecutamos cuando hablamos), Echeverría los llama actos lingüísticos porque son actos que también pueden ejecutarse en forma no verbal.

Echeverría, Rafael. Ontología del lenguaje. Cap. 3, “los actos lingüísticos básicos”. Dolmen/Granica. pp. 69-79.

Valla Tigo


¡Valla[1] error!


Con esta valla Tigo pretende mostrar que tiene presencia como operador de telefonía celular hasta en la Paila de los Llanos Orientales, pero puede ser malinterpretado (quizás no para los de la Paila), ya que la expresión “en la paila” es utilizada de manera peyorativa denotando quiebra, crisis, mala situación, “frito”, en el infierno, etc. Adquiere una connotación incluso agresiva si lo tomamos de manera literal, al leer “estar contigo es estar en la paila”. Es preciso entonces para que la valla cumpla su cometido, saber que contigo no es el pronombre sino la preposición “con” más el nombre de la empresa “Tigo”, y además saber que la Paila es una localidad en la región Oriental colombiana.


Teniendo en cuenta todo lo anterior podemos decir que se constituye un infortunio por una mala apelación, por el mal uso de las palabras, por el doble sentido; si hubieran querido omitir este error sin dejar de lado la intención de la valla, hubieran podido decir “estar contigo es estar con los pailenses” o alguna otra expresión que no cree ese doble sentido. Al ponerse en un espacio de exposición pública está sujeto a que para todos aquellos que no viven allí y no tienen un sentimiento de arraigo para con esa región la valla no adquiera un significado positivo y haga todo lo contrario, se posicione en la mente del receptor por el doble sentido que maneja. Este tipo de errores no se olvidan, va a ser un comentario para toda la vida. Creería evidente que para la empresa no está en sus pretenciones generar recordación a la luz de un error o malentendido por su doble sentido.



[1] Valla: f. cartelera situada en las calles, carreteras, etc, con fines publicitarios. (se pretende jugar con el doble sentido de su homónima “vaya”)

Si suena un bip continuo, está listo

Carulla - Microondas: http://www.youtube.com/watch?v=_TACAzpSmp8



Si analizamos desde una perspectiva del espectador o receptor del mensaje podemos decir que constituye un infortunio. Por una parte hay un desacierto gracias a una mala ejecución, ya que el procedimiento no se lleva a cabo por todos los participantes en forma correcta, se viola el procedimiento que en este caso es una cirugía, en donde se espera que no haya un microondas en medio de la sala de operaciones y que estén calentando un café y suene como si se muriera la persona que están operando. Esto al mismo tiempo constituye un abuso, ya que se espera cierta conducta correspondiente de los participantes y ellos se comportan como si nada hubiera pasado, como si fuera muy normal.

Hago inicialmente la aclaración de que lo estamos analizando desde la perspectiva del espectador, ya que si lo analizáramos desde el emisor, sabemos que el que hizo la propaganda tenía premeditado que fuera un infortunio, para generar la dualidad o doble sentido en la situación, esa es la gracia de la propaganda. Por lo tanto si lo analizáramos desde esta perspectiva no sería infortunio, ya que las acciones realizadas al emitir este realizativo son parte de una “decoloración del lenguaje”, es decir, están predeterminadas, prefabricadas por el creador de la propaganda.

¡Qué infortunio! ¡Qué mala ejecución!

Claramente podemos observar aquí un acto de habla no afortunado por parte de la presentadora del programa, ya que cae en una mala ejecución al no realizar correctamente su labor como presentadora y saltarse los pasos debidos del procedimiento, es decir, viola el procedimiento cuando le muestra a la concursante los números ganadores por error, lo que hace que simultáneamente caiga en una mala apelación para tener que decirle a la concursante que no se vale, que hable con los de producción porque se ha equivocado, hasta tiene que pedir perdón y continua con la mala ejecución saltándose más pasos del programa y dándolo por terminado.

No solo hay desaciertos aquí, también cae en un abuso porque se espera cierta conducta de prudencia en sus sentimientos o pensamientos como presentadora para comportarse adecuadamente y no lo hace, si estamos frente a un concurso se supone que la presentadora debe guardar los resultados ganadores y no mostrarlos a los concursantes para que se aprovechen de eso y puedan ganar haciendo trampa.